Quería inaugurar el blog con una entrada especial, y por ello hoy vengo a hablaros de ella, de Amaia Román, la chica que me quitó el sueño durante muchas noches mientras me contaba su historia al oído diciéndome todo lo que tenía que contar sobre ella.

A pesar de que tengo otro personaje muy parecido a mí y conoceréis muy pronto, Amaia Román es muy diferente a Roma García. Es una chica pausada, serena y muy, muy tímida en muchas ocasiones. Siempre se toma las cosas con calma y es muy difícil sacarla de quicio. Por eso, es muy fácil engañarla, porque siempre confía y cree que todos los demás son igual de buenos que ella. Si hay algo que la caracteriza, es su humildad y toleranciaSabe poco de su padre, pero tampoco es que le interese mucho su vida. Su madre es continuamente tachada de arrogante y estúpida, aunque de poco le importa. Conoce de qué calaña es y no estaba muy segura de estar en su vida.

Por eso, cuando tuvo la oportunidad, salió de casa con su novio Sandro a comenzar una vida nueva, dejando atrás a sus hermanas Diana Nerea. Se ha criado en Madrid, pero ha tenido la suerte de poder viajar por todo el mundo siempre que quiso con la compañía de Olivia, su mejor amiga.

Olivia siempre le da lo que ella necesita, ese soplo de aire fresco y las ganas de cometer cualquier locura. Siempre es ella quien la empuja a hacer cualquier cosa. Amaia sabe que sin ella, poco podría hacer; no es que dependiese de su mejor amiga, pero debía reconocer que sin ella no estaría donde está ahora, cumpliendo su sueño de trabajar en un hospital. Le encanta todo tipo de música, pero Aitana y Morat siempre tienen primera fila en la banda sonora de su vida y cada vez que sale a dar interminables paseos van sonando en su móvil.

Le encanta leer, aunque tampoco tiene mucho tiempo para ello, y su pareja hizo que se aficionase a todas las películas que existen en el mundoAmaia está deseando conocerte, así que no le hagas el feo de dejarla con las ganas, ¿no? Puedes saber más de ella y sus sentimientos en «Solo si es contigo».

No sé si me dejo algo en el tintero. Probablemente sí, pero es que lo bueno, se da en pequeñas dosis...

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